yo habito en la locura
del poema
y en sus noches me ausento
para soñar escrito.
Qué, si doy la vida
a cambio de unas horas de sed
en la hermosura
y me enamoro hasta la sangre
de una palabra que tiene
una guitarra.
Qué, si me doy por entero
al envenenamiento de la profanación
y robo de los templos
del silencio
las velas encendidas de algún nombre.
ni soy más cobarde que una guerra.