Quiero inmortalizarte


Quiero inmortalizarte
sobre el manual del agua.
Atar tu voz a los pies de la lluvia.
Predecir la nostalgia que causarán tus ojos.
Quiero, sencillamente,
nombrarte en algún sitio
donde no acuda el tiempo.

(C) Aurelio González Ovies
En presente
Voz: María García Esperón
Música. Kitaro
MMXI

Solamente una tarde soñaremos sin rumbo


XVI

Fue dura la verdad como un arado
Pablo Neruda

SOLAMENTE una tarde soñaremos sin rumbo,
aunque soñar es fácil desde vuestra ternura.
Yo también quise ser y alcanzar tantas cosas
como vosotros mismos,
pero al final me tumbo a la sombra del hombre,
a la engañosa sombra de la vida.

Vengo del Norte
y canto la nostalgia de un verano que acaba,
de un pañuelo que dice adiós al horizonte,
de unos ojos que lloran cuando parten los barcos.
Por mi casa pasaban, al rayar la mañana,
pescadores morenos como la idolatría,
hombres con más salitre que el egoísmo del océano.

Soy recuerdo y soy faro
y soy costa que espera vuestros ágiles remos,
vuestro asomo de muelle, vuestra mirada libre.

Aquí merendaremos como en los viejos tiempos,
recordando las hembras que conocimos lejos
y perdieron su fe por el amor de un día.
Beberemos hasta que no sepamos la causa de la noche,
hasta que nos apene nuestro ser miserable
y escupamos el miedo que llevamos a cuestas.

Es muy fácil soñar lo que nunca seremos,
lo que, a pesar de todo, hemos perdido.
Pero es corto el camino, duro como el arado.

(C) Aurelio González Ovies
Vengo del Norte
Voz: María García Esperón
Música: Kitaro
MMXI

Entre visillos


Mira detrás de la ventana. Ve el invierno.

Calla. Baja la vista y mira sus manos.
Les da vuelta. Calla.
Pasa suaves los dedos por el vaho.
Queda mirando. Calla. Baja los ojos.
Vuelve a su piel. Despacio, va
tocándose el rostro. La soledad detrás, sobre
las ascuas.
¿Qué habrá que duela más que la belleza?
¿Qué llevar de la vida?
¿Qué pájaros son esos?
¿La noche, así de pronto?


                                     La luz se apaga.

(C) Aurelio González Ovies
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

Dos mil era una fecha


Dos mil era una fecha
soñolienta, lejana,
como cuando en los días
de verano,
majestuosas
se aprecian
al fondo
las montañas.

Los mayores decían
que jamás llegaría,
que acabaría el mundo,
que habría una guerra
grande,
que quedarían las máquinas.

Y yo me preguntaba
si en el dos mil habría estrellas
y jilgueros
y campos de naranjas.
¿Cuántos años tendría entonces
yo?
¿Cómo estaría mi madre?
¿Seguirían abriéndose
 los libros?
¿Sería verdad lo de no morir
nunca?
¿Sería posible lo de cambiar
España?

Hablo de aquellos años
soñolientos.
¿Cuánto tiempo pasó?
¿Dónde lo habré vivido?

Había en un lugar
-contaban-
una mujer de blanco
en una curva.
Era hermosa. Sin cara.

Mitad del dos mil uno. La vida
                                  sí que pasa.

(C) Aurelio González Ovies
Nada
Voz: María García Esperón
Música: Chris Spheeris
MMXI

Cómo pasamos


Cómo pasamos... Recuerdas que hace poco
-parece que unas horas-
estábamos pensando en ser mayores,
en fumar un cigarro delante de tu padre
y tener unos duros para tomar un vino...
Ya lo hemos visto todo.
¿Y qué?
¿Cuánto has adelantado?
¿Cuántas palomas mágicas podrían salir
ahora
de los pliegues que abundan en tu piel?
¿Qué decir a esa gente que espera que
demuestres
las torres construidas
con las prometedoras rayas de tus manos?
Ah...
No bajes la cabeza, no cierres el telón
y vamos a explicarles
los pasos de aquel truco de fumar a escondidas,
de amar entre los setos y beber solamente
pensando que bebimos,
mojándonos los labios con la sed del deseo.
No vayas a pintarte de ayer al camerino,
porque en cualquier centímetro de las
cortinas
podremos dibujarles un mimo
con los gestos que abarquen el total
de nuestras vidas.

Pasa el tiempo


Pasa el tiempo
y es todo irremediable.
A un paso de nosotros
hay un donde sin suelo,
una lluvia enfermiza
que divide la tarde
en dos días diferentes,
un naufragio de rosas,
una tierra cubierta de silbidos
como un invierno.
Pasa, y tú cada vez a menos,
lo siento en el abrazo
que tiene las bisagras descontentas,
en la mirada gris
con que coses mi ropa.
Lo siento en tus paredes desconchadas,
en los retratos:
porque sonríes lejos,
porque arrugas las fechas en tu carne,
porque te pasa un río de sombras
cuerpo abajo, vida abajo.
Es todo irremediable, aunque te quiero.

(C) Aurelio González Ovies
En presente
Voz: María García Esperón
Música: Kitaro
MMXI
 

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