No antes que yo


Soy yo más débil,
no te me vayas.
Necesito tus manos
y el vso de agua;
tu vejez difundida
sobre mis sábanas,
tu voz como el café
de las mañanas.
Quédate siempre,
que me haces falta
para abrirme la luz
de las ventanas,
para cerrar las tardes
de invierno, largas.
Siéntate aquí,
en nuestra casa,
entre la paz del fuego
y mi mirada.
Siéntate, ya sabemos
no decir nada,
ya nos une el silencio
como palabra.
Quédate siempre
sobre mi almohada,
junto a la oscuridad,
como una lámpara;
donde mis sueños sueñan
porque te abrazan.
Aquí, agarrada a la vida
de esta tu asa,
sosteniéndome así.
No te me vayas.

(C) Aurelio González Ovies
Estancia fugitiva
 

Palabra en obras Copyright © 2010 | Designed by: Compartidisimo